Contigo siento y respiro, delicado, suave. . . Mis dedos te rozan con suavidad haciéndome caer en el profundo infinito, recordando todo aquello por lo que aun hoy, no hay ni un día que te deje. Me haces recordar, y el frio me envuelve, todo aquello que viví y todo lo que viviré. . . Cierro los ojos y mi mundo desaparece, mi vida se desvanece, quedamos tu y yo rozando lo infinito, rozando lo imposible, haciendo de mi vida una maravillosa razón por la que vivir, un desliz hacia la felicidad. Te lo debo todo, te debo nada. Te encontré felicidad, te encontré, por fin, te encontré. Y todo gracias a ti, te lo debo todo. . . querido y maravilloso, Piano.
Laura
Qué entrada tan bonita :')
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