- Recuerdo la primera vez que vi moverse a alguien como si fuera de otro planeta, no podía apartar los ojos. Cuando era pequeña mi madre me llevó a ver una ''jam sesion'' en nuestro barrio. Al principio, participaba poca gente pero luego su fama se extendió. Y pronto empezaron a llegar algunos de los mejores bailarines de la ciudad para competir en lo que acabó llamándose, Las Calles. Aquello se convirtió en un fenómeno y yo estaba allí en primera fila para ver como se hacia historia. Yo quería deslizarme, girar y volar como hacían ellos pero no era fácil. Mi madre me decía: - No te rindas, sé tu misma. La vida es demasiado corta para no ser quien eres. Y tenía razón. Cuando yo tenía 16 años mi madre enfermó. Y en un par de meses había muerto. Y todo cambió, incluidas Las Calles.
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