- No me asustaba la muerte en sí, sino una muerte absurda. Cuando planeaba mi futuro a veces me olvidaba de los finales trágicos. Otra veces creía que lo mejor que podía hacer para terminar con mis lágrimas, que eran, porque no me compraban la Barbie, porque el amigo del héroe moría en el primer asalto, porque mi vecina se enfadaba conmigo, porque los leones matan a las madres de las cebras, porque mi monitor de baloncesto me gritaba y no comprendía porque era zurda, porque los cerdos se burlaban del patito feo, era acabar de una vez, cortarme las venas en agua caliente, como los romanos, y dormir durante mucho tiempo en paz.
Libro: ''Cuando comer es un infierno'' Confesiones de una bulímica
Pasada de entrada , me encanta tu blog , pasate !!!! :) te sigo
ResponderEliminarMelodramático... ¿Cómo llegar a sentirse así?
ResponderEliminarLa vida hay que vivirla, a tope, es para lo que se diseñó.
Esta genial tu blog , tienes fotos chulisimas !!!! :) pasate por mi blog !!! te sigo !
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