She saved everyone but couldn't save herself.
lunes, 19 de noviembre de 2012
Pisadme, acabad conmigo.
Era una colilla a medio apagar que había sido dejada caer sin ninguna suavidad sobre el sólido cemento donde aún los restos de lluvia descansaban volviendo el ambiente frio, húmedo y vacío. No terminaba de consumirme y deseaba que alguien simplemente me pisara para acabar con el dolor que sentía al estar medio viva y medio muerta. Jamás había sentido nada igual, nunca me habían tratado de ese modo, si tanto les gustaba no merecía que me tratasen como me trataban, lanzarme así con todo desprecio como si nada en mi importase estrellando mi cara contra el suelo haciéndome volver a una realidad donde jamás hubiera deseado estar. Así me sentía. . . pies pasaban a mi alrededor y jugaban conmigo sin tener el valor de aplastarme y acabar con mi sufrimiento, era doloroso consumirse lentamente como lo hacía y eso era lo único que me recordaba que estaba viva, al menos aún un poco.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
¿Despedida? Quien sabe. . .
Hubo un momento en mi corta vida en el que me encontre a mi misma y en el que me di cuenta de que solo continuaba el día a día por poder escribir aquí como me sentía. Y ahora puede, que haya vuelto a perderme y nose sepa como seguir o levantarme... ¿Es una despedida? Puede que sí...
sábado, 3 de noviembre de 2012
Donde los arboles fueron testigos de un alma rota.
En días tristes donde solo el frio la acompañaba, allí, en medio de la nada pudo sentir el rozar de los finos y frios dedos sobre sus pálidos brazos. Inspiró profundamente y un inquietante escalofrío le recorrió todo el cuerpo llegando hasta el más pequeño de los rincones. Expiró delicadamente el aire mientras andando dejaba el rastro del vaho que su boca con gran pesadez había dejado salir. El frio viento le daba en la cara dejando a la vista la expresión de su rostro mucho más intensificada. Caminaba levantando los pies desnudos con pesadez sintiendo la humedad entre los dedos y el frio entre ella y su cuerpo. Miraba a todos lados observando el vacío y la soledad que allí ese bosque reflejaba. Su piel pálida contrastada con su cabello color carbón parecía más frágil y angelical que normal. Llevaba el vestido manchado de barro, las yemas de los dedos estaban escondidas bajo una capa de mugre, y allí donde sus ojos habían derramado más de un mar de lágrimas los restos de la sucia tierra al limpiarse las lágrimas habían quedado grabados como la tinta al papel. Su mirada cristalina y triste parecía haberse rendido frente al torrente de lágrimas que se avecinaba y volvió a ponerse a llorar. Las rodillas le fallaron y cayó de bruces entre hojas, barro y soledad.
Jamás se levantó, sigue allí, atrapada entre la oscuridad de su pensamientos esperando que un rayo de luz la ayude a iluminar su vida.
PD: Después de tanto tiempo, tengo un ratito para dejaros el oscuro bosque de un rincón de mi corazón.
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