She saved everyone but couldn't save herself.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Allí, acurrucada a oscuras sobre su cama, buscaba entre el frío de la oscuridad un calor que sabía que no iba a encontrar, del que había perdido la esperanza de poseer jamás. Allí, dónde durante largos días de verano había habido una mirada de amor y al menos algo de felicidad, ahora solo había vacío seguido de lágrimas y dolor. Ella, la que había aprendido a mantener altos y fuertes los muros alrededor de su corazón, la que había aprendido a alejar cada sentimiento de amor, se encontraba allí, llorando acurrucada sin control con esos muros derruidos dejándola a total exposición. Sentía navajazos en su interior, sentía rasgarse cada rincón, y es que lo que sintió no era comparable a ningún dolor. Días y noches llorando sin consolación, gritando en silencio todo lo que él nunca escuchó. Y esos sueños sobre inviernos rodeada de su calor, no eran más que ahora puñaladas dolorosas directas al corazón. Nunca había creído en eso del amor. Siempre fría, encerrada tras muros que ocultaban cualquier rastro de emoción, cualquier rastro de dolor. Fuera llovía con furia, las gotas de lluvia caían deslizándose por la ventana como si de sus pómulos tratase. Alrededor de la cama se encontraban todas y cada una de las cartas en las que había desnudado su alma para él. Todas y cada una de las cartas en las que poco a poco y con indecisión había ido quitando una a una las piedras que formaban el muro que rodeaba su corazón y que ahora solo eran míseros trozos de papel rotos con odio que poco a poco y con el tiempo, le ayudarían a volver a construir ese caparazón.

Él nunca las leyó. Ella las rompió con dolor y odio en su corazón.
Él la dejó marchar,  ella nunca se lo perdonará.
Untitled

lunes, 2 de septiembre de 2013